Llamado de emergencia

A quien pueda intere$ar:

Necesitamos ayuda.

Desde que iniciamos la revista, hace dos meses, tenemos muchos sueños y planes. Queremos contar las historias de las “otras”, u otro tipo de historias, pensando en clave decolonial, poniendo el foco en aquellas grietas que el periodismo más hegemónico y la opinión pública ignoran o encubren; quisiéramos amplificar las voces, en primera persona, de sujetos histórica y médicamente hablados, tutelados.

Llevar una publicación de manera independiente conlleva grandes retos, costos y sacrificios. Algunos los imaginábamos, otros lo hemos ido experimentando sobre la marcha. Durante los dos primeros meses nos mantuvimos publicando contenido nuevo en la web, tres veces a la semana, 2 columnas de opinión gráfica quincenales, cada sábado, y contenido infográfico. Estamos satisfechas. Y agotadas. Aunque nos parecía poco contenido al principio, en realidad el esmero con que curamos cada trabajo nos exige tiempo y energías.

Pero no nos quejamos. Nos gusta lo que estamos haciendo. Nos va gustando la comunidad de lectores y pensadores que estamos generando. Superamos muchas de nuestras expectativas. Nos leen. Nos visitan. Las estadísticas del sitio web nos lo dicen. Nuestros lectores nos escriben, tanto en público como en privado. Nos invitan a eventos, a podcasts, entrevistas. Nos felicitan y sugieren temas, mejoras, aspectos a nivel visual, etc.

Pero también estamos preocupadas. En este tiempo nos topamos con algunas barreras ya advertidas desde nuestro texto fundacional: la crisis del periodismo independiente, la crisis económica y política del país, el exilio y criminalización de periodistas y reporteros independientes. La falta de recursos humanos y económicos, ambas conectadas, ha comenzado a hacerse presente. Y necesitamos ayuda para continuar sin bajar la calidad y periodicidad.

Apostar por el periodismo y la escritura libres e independientes, sin agentes externos que influyan en nuestra línea editorial y, sobre todo, teniendo en cuenta las temáticas que queremos abordar en la revista, significa que son menos las puertas de fondos financieros a los que podemos acudir. Y, si encima, queremos sortear la censura y la criminalización del ejercicio del periodismo, las entradas pueden ser nulas, a menos que recurramos al apoyo colectivo y la autogestión. Y por eso estamos aquí.

Queremos acudir a ustedes, lectores, para contarles que detrás de cada publicación hay un trabajo de esmero que involucra a más de un miembro de la revista, por no decir que a la mayoría. Desde los inicios potenciamos el diálogo entre autores y el resto del equipo, de modo que todo lo que llega a publicación: texto, edición e imagen o fotografía, lleva consigo un trabajo colectivo, no de partes de manera independiente. Estamos implementando un “modelo de producto” en el que cada parte del equipo pone su mirada o retoque, en cada trabajo que sale. O al menos lo estamos intentando, y queremos hacerlo costumbre.

Pero el periodismo y la escritura son un ejercicio que requiere de recursos. Recursos que no tenemos. Hemos aplicado a becas, hemos buscado patrocinadores y financiamiento que nos permitan continuar publicando con alguna tranquilidad, pero no hemos tenido suerte. O tiempo. La mayoría son procesos de larga espera, pero las retribuciones a nuestros colaboradores no siempre pueden esperan. Merecen remuneración justa y en tiempo.

Algunos miembros del equipo hemos acudido a amistades y, gracias a sus donaciones y a la de generosos lectores en Cuba y en Europa hemos podido compartir un poco de lo poco que va llegando. Además:

• En todo este tiempo no hemos podido pagarle al antiguo programador web los trabajos de programación y configuración de nuestro sitio web.
• Tenemos a nuestra editora desde inicios de la revista radicando en España. Los costos del trabajo de edición que nos comprometimos a pagarle mensualmente no son, siquiera, la mitad de lo que cuesta realmente ese trabajo, y aun así no siempre hemos podido pagarle todo y a tiempo. Agradecemos a dos amigas lectoras que en meses pasados hicieron su aporte, sin embargo, se nos hace muy difícil completar la cifra pactada y que le llegue a través de una vía más ligera.
• No tenemos hosting para el sitio web, necesario para algunas funciones que nos faltan.
• Para próximas semanas/meses nos gustaría: un reportaje mensual que involucre a todo el equipo, un podcast, un boletín informativo, talleres y charlas comunitarias, unx redactorx, al menos unx reporterx nuevx, y un “observatorio de violencias degeneradas” que amplíe y problematice el concepto de las violencias y asesinatos por motivos de género y de odio, con perspectiva trans y de raci-clase.

¿Cómo ayudar?

De muchas maneras.

• Nos pueden invitar a un café o a una cerveza en La habana o a nuestra editora en España.
• Regalándonos algunos servicios web. Ahora mismo no tenemos programador, debido a presiones por parte de la Seguridad del Estado, y no hemos podido hacer algunos arreglos y mejoras del sitio web.
• Compartiendo nuestros textos y contenidos. Ayúdanos a dar a conocer Subalternas. Invítanos a presentar la revista en tu negocio, tu comunidad, tu barrio, tu ciudad. Propónnos algún taller de género, raza, pensamiento y feminismo decolonial, estudios trans.
• Comprometiéndose con un aporte para la remuneración mensual de nuestra editora en España.
• Haciendo un aporte económico a las tarjetas de banco de la revista, como indica más abajo.

Nuestros contenidos son abiertos y gratuitos, y lo seguirán siendo mientras podamos sostener la revista. Si les han gustado hasta hoy, incluso si no les gustan, pero consideran que proyectos de este tipo deben existir en nombre del pensamiento crítico, la libertad de expresión y la diversidad de opiniones, por favor, ayúdanos.

Quienes deseen hacerlo desde el exterior, pueden ponerse en contacto con nosotras o escribirnos a [email protected] .

Muchas gracias.

Equipo Editorial