Como mujer negra, he sido llamada cariñosamente “chocolatico” a lo largo de mi vida. A diferencia de algunos, yo encuentro este apodo fascinante y lleno de significado. Para mí, el chocolate representa más que un simple alimento: es un símbolo de la historia, la diversidad y las propiedades que me enorgullecen como afrodescendiente.
El chocolate tiene una rica historia ancestral. El cacao fue cultivado y apreciado por civilizaciones antiguas como los mayas y los aztecas, y desempeñó un papel importante en su cultura y religión. Ellos cultivaban el cacao y lo preparaban como una bebida espesa y amarga que se servía en ceremonias religiosas y eventos importantes.
Es conocido, además, por sus propiedades nutritivas y beneficios para la salud. Está lleno de antioxidantes y minerales que promueven el bienestar físico y mental. Al ser llamada “chocolatico”, siento que se hace eco de estas virtudes y me recuerda que soy una persona valiosa y saludable, con una riqueza interior que trasciende lo superficial.
Viene en muchas variedades y sabores, al igual que la diversidad de las personas. Para mí, ser llamada así es un recordatorio de la belleza de la diversidad e invita a otros a apreciarme en mi plenitud.
El chocolate se ha convertido en un símbolo de amor, dulzura y placer. Es un regalo perfecto para ocasiones especiales y un compañero infaltable en momentos de disfrute personal.
Celebremos entonces esta delicia que ha sido parte de la historia de la humanidad y, por qué no, también ser comparados con este manjar ;)