Crianzas no normativas: Hombres trans que paternan y maternan

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Fotos: María Lucía Expósito

La publicidad moderna alrededor de fechas señaladas para las familias sigue en su mayoría esquemas tradicionales, menesteres repetidos de un modelo visual ya adaptado. Fuera de todo biologicismo y de los roles de género asignados a padres o madres, existen las experiencias de personas no normativas respecto a la gestación y al cuidado de los hijos. Carlos Hernández y Alexis Nadhir comparten, además de su identidad trans, el desafío de cuidar, respectivamente, dos niños.


La historia de Carlos: el día que pregunte, yo tengo respuesta para él

Carlos y Niurka se conocieron en la secundaria. Tiempo después, cuando sus vidas dieron un giro, se reencontraron, se enamoraron y formalizaron una relación. Niurka ya era madre soltera, Soel tenía dos años cuando ellos comenzaban, ahora está en primer grado. Ambos se encargan de su cuidado, representación legal y asuntos de la escuela. Juntos aprobaron este paso.

“La seño del círculo dice que somos su pareja preferida, hasta ahora jamás ha habido problemas en los centros donde ha estado el niño. Soel ha crecido con los mejores valores, saluda a todo el mundo, se relaciona con el ámbito que lo rodea. Si crías con respeto engendras respeto. Con Carlos el niño ha creado una conexión lindísima y, cuando hay una actividad con otros niños, también se desenvuelven más con Carlos que conmigo”, dice Niurka.

Niurka creció en La Perla, un reparto marginado en el municipio de Arroyo Naranjo. Allí, como en otros sitios, se desconoce sobre las identidades y la comunidad LGBTIQA+:

“Yo vengo de una familia Abakuá. Cada vez que llegaba a mi casa presentaba a una pareja normativa. Cuando llegó el momento de contarle a mi mamá sobre Carlos, ella me dijo que se lo imaginaba, y que no contara con ella ni para la crianza de mi hijo ni para nada.


¿No te da pena?

—Ninguna.

“Siempre fui muy independiente. Tuve que crecerme sola, crearme responsabilidades, cuidar de mis hermanos. Cuidar después de un niño asmático crónico. Pero no era cosa fácil aquella guerra fría de entrar a la casa y no tener trato. Llegaron con esas caras que censuran y te miran feo. Mi mamá se lo dijo a cada uno de mis hermanos. El mayor fue quien mejor lo aceptó. El hermano más chiquito decía que me cuidara, que tenía un muerto oscuro, porque nunca había visto eso.

Niurka, Carlos y Soel | Fotos: María Lucía Expósito

“Mi madre me dijo que sentía vergüenza de mí cuando decidí irme a vivir con Carlos. Mi madrina osó preguntar qué podía enseñarle Carlitos al niño. Muchas más personas me dejaron de tratar. No sabes cuántas mentes he tenido yo que cambiar, cuántas clases le he dado ya a mi familia. Por eso soy partidaria de que se realicen talleres de orientación, que sean también abiertos a personas heterosexuales.”

Niurka sueña con un taller enfocado hacia las personas del barrio. Cree que los proyectos deberían llegar más a esas zonas. “Los municipios periféricos tienen una mentalidad más que cerrada y allí las personas trans existen, la comunidad existe.”

Carlos agradece el hecho de poder continuar la crianza junto a Niurka. Después de historias pasadas con empleos rechazados por transfobia, él trabaja hace más de un año desde su casa en Arroyo Naranjo, donde comparte hogar con su mamá, Niurka y Soel. En febrero de 2023 se hizo real un sueño que tenía desde que comenzó la transición: ser Carlos Hernández ante los efectos legales.

Pasaron años, llegó el Código de las Familias y él no detuvo su lucha. Recorrió las oficinas del Carnet de Identidad de varios municipios, ante todas las negativas de los buróes. Su amigo trans Aarón, quien ya había culminado ese proceso, le ayudó. En menos de 15 días tuvo su identificación.

“Todo lo que sé lo aprendí en la calle, nunca tuve problemas ni con mi familia. Cuando le dije a mi mamá que iba a partir, debajo de mi vestido de los 15 tenía un kimono. Y un buen día llegué a mi casa pelado completo. Siempre me sentí un hombre, aunque lo descubrí después y en eso tuve el apoyo de Liam y Anabel, trabajadores del Cenesex1, que fueron quienes primero me incluyeron en un grupo de hombres trans. Conocí luego en ese camino a aliados como Myrna Dickson del proyecto Casa Tomada, a Héctor Luis, a Raúl Soublett.”

Carlos recuerda todo el tiempo que llevan viviendo en casa y cómo Soel le reconoce como padre y como tío. “El día que pregunte, yo tengo respuesta para él. Mi familia y mis vecinos nos quieren cantidad. Nunca nos hemos impuesto ante nadie, ese respeto lo hemos conquistado, aunque hay personas que sí se han sentido incómodas.”

Fotos: María Lucía Expósito

La prensa oficial ha invisibilizado historias como la de Carlos. Él considera que habría menos bullying en la calle si se mostrara más este tipo de realidades. “Me hicieron una entrevista para documental llamado Mi cuerpo es mi vida, muchas cosas de ese material fueron censuradas en televisión nacional. Pasó el tiempo, me di cuenta y me quité la venda. He crecido con mis propias experiencias, hasta el sol de hoy.”


Hay muchas transiciones. La experiencia de Alexis

Alexis Nadhir | Fotos: María Lucía Expósito

Alexis Nadhir es un hombre trans de 28 años. Es un joven que ha lidiado con un diagnóstico neurodivergente. Es activista LGBTIQA+ y aboga, entre sus luchas, por el reconocimiento y tratamiento adecuado del autismo y las neurodivergencias. Inició su transición en la primera mitad del 2022; tuvo a su hijo un año antes, en medio de una de las oleadas de la pandemia.

“Salí del clóset como hombre trans entre mayo y junio de 2022, cuando mi hijo tenía un año. Fue un proceso, poco a poco. Lo descubrí en intercambios por la redes con otro chico trans, estando yo allá en Mayabeque. Primero fue el shock, después la negación y la duda; uno hace instrospección y recapitula toda la vida.”

A Alexis le achacaron no solo la presión social, sino los roles familiares asociados a la maternidad. “Te dicen cómo tienes que llevarlo desde el embarazo hasta la crianza. Mi caso hasta fue criticado por lactancia extendida, que hubiese seguido de no ser por comenzar a tomar antidepresivos, cuando el niño tenía año y medio.”

Luego de parir, Alexis recuerda que sufrió de estrés y depresión postparto. Durante ese período de autodejadez, se dedicó casi en totalidad a su hijo. “Covid 19. Tres años sin ir a la playa. Dos sin salir a la calle. Mis relaciones sociales se trasladaron a internet. Llegó también la etapa de transicionar.”

“La transición no fue tan chocante para el padre del niño, que era la persona con quien convivía en ese entonces: Con él también empezó antes el viaje no binario. Mientras llevaba esa relación descubrí herramientas para tratar con el diagnóstico mío de TDAH2 y el de autismo. Yo, no lo juzgué por sus gustos como alguien cishet, entendí que no podía pensar como yo, que soy bisexual. Con la transición sí hubo problemas con su familia y me tuve que ir de allá."

“Hay muchas transiciones: la social, la psicológica, te expones ante parejas. Es difícil echar a andar otra relación. Yo soy yo, y me acepto, pero es un estado mental al que cuesta muchísimo llegar. Me costó 10 años forjarme con la autoestima como mujer; y ahora he tenido que volverlo a hacer como hombre y madre. Mirarte y tocarte te da disforia, te cambia hasta la forma de la masturbación. Me ha dado disforia escogiendo la ropa para salir. Aunque soy de los que ve, entre tormenta y rayos, el pedacito de cielo azul.”

Fotos: María Lucía Expósito

Alexis no se identifica con el rol de padre. Para él la palabra "padre" tiene trasfondo negativo, luego de que su padre biológico le abandonara a los 5 años para irse del país y quien le crió actualmente no sostiene vínculo con él. “Cuando dices que eres hombre trans y madre biológica al mismo tiempo, la gente como que se bloquea y te mira raro. Iba sentado una vez en la guagua y tenía cerca a una mujer con un bebé. Le ofrecí llevarlo en mis brazos hasta que vi que el niño se empezó a poner inquieto, le cedí el asiento y me quedé bobo mirando como le daba la teta; recordando mi etapa de lactar. Me vi con el impulso de hablarle de lactancia y me dije: esta mujer se va a horrorizar. Esto me creó un poco de confusión a mí mismo, hay muy poca cultura con esto de ver que una figura masculina; un hombre, gesta y lacta.

“Pienso que eso no lo define la anatomía. Mi meta no es el cispassing, pero no me gusta que me vean como mujer. Yo sé quién soy: soy un hombre que tiene tetas, tiene coño y es poliamoroso. Me he deconstruido de muchas maneras. Si mi hijo decide un mañana cambiarme el pronombre ok, de momento me dice mamá. Él es quien define quién soy para él; no yo.”

Hace unos meses, Alexis decidió que el espacio provisional del niño fuese el hogar del padre y de los abuelos paternos, en Mayabeque. El padre aceptó. Mientras tanto, del lado acá, desde la capital y en un espacio de convivencia más hostil, él buscaría una entrada monetaria aceptable para establecerse.

“No quiero pensar demasiado en el tema escuela y el futuro de mi hijo. Yo mismo necesitaba una atención diferenciada que no me dieron, y este sistema no está preparado para eso. Me agobia pensar en llegar a tener problemas a la hora de la enseñanza de mi hijo en los centros escolares, más la discriminación por quién soy. Mi prioridad es también mi salud mental. Lo que más me preocupa a causa del desempleo es no poder ver a mi hijo. Hace dos meses no lo veo.”


Trabajar, cuidar y sobrevivir

Carlos y Alexis intervienen el engranaje pautado por los retratos de la familia convencional. Ambos han intercambiado, coincidido como activistas en las redes de las masculinidades trans y están de acuerdo en que todavía se ve mucha homofobia y mucha transfobia por la calle.

Para Alexis no es solo cuestión de educar a quienes no saben, sino servir y acoger ante la falta de acompañamiento. “El Cenesex no está funcionando con su cuento de la descentralización. He pasado por un montón de especialistas de salud mental. La última era consejera, a veces entienden que eres trans pero no entienden, por ejemplo, las neurodivergencias.

“Como mismo he transitado por casi todas las letras del acrónimo, he sentido hacia mí todas las fobias. Está la transfobia por enseñanza y la que tienen por ahí descaradamente. A pesar de que no estás pidiendo mucho, solo un mínimo de respeto, la gente sigue empecinada en discriminar. En la misma comunidad respecto a eso hay cosas buenas y malas, muchas fobias arraigadas”, comenta Alexis, quien además ha venido lidiando con los problemas de trabajo desde hace mucho.

Fotos: María Lucía Expósito

"Miro bien las ofertas. Sé fotografía, sé cuidar plantas, sé idiomas, sé organizar contenidos; domino cosas básicas de informática y de sistema Android. Pero los requerimientos de las plazas están muy difíciles y luego entra el tema de la identidad y los asuntos legales. No puedo trabajar con saturación de luz; tengo discalculalia y me hace daño exponerme a mucho ruido. Imagina que no te permitan cerrar la puerta si el resplandor del sol te da en la cara, que te obliguen a socializar cuando planteas que no te gusta, que te obliguen a oír la misma lista de música alta todos los días. Mi última pincha fue en la Facultad de Arquitectura de la CUJAE. Me dio empleo el decano, un hombre homosexual recién casado con el Código de las Familias. Al principio todo bien, pero luego fue mermando el transporte estatal y la calidad el almuerzo. Y yo trabajaba en un 5to piso, sin elevador. El expreso del P9 tenía una cola de mujeres y otra de hombres; la primera vez que choqué con aquello pensé '¿Y dónde coño voy yo?'.”

Tanto Carlos como Alexis han venido lidiando con problemas de trabajo producto de su identidad. La bolsa de empleos para las personas no normativas es bastante precaria, tanto en flexibilidades como en salarios. Sus testimonios coinciden con los cuestionamientos, la crisis de empleo y la marginación social del (cis) tema hacia los caminos y vicisitudes de los cuerpos no aferrados a la normatividad. Uno sueña con crear más talleres comunitarios para dar acompañamiento y al otro le gustaría ser escritor.


1 Centro Nacional de Educación Sexual
2 Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

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María Lucía Expósito

Periodista y fotógrafa. Zurda, piscis, pinareña.